O Goberno Vasco súmase aos que recoñecen o cénit do petróleo

Portada DokEkonomiaz monográfico Petróleo y EconomiaO goberno vasco recoñece o cenit do petróleo nunha publicación que veu a luz esta semana: trástase dunha revista que publica o goberno vasco (Dok-Ekonomiaz) e que nesta ocasión ofrece o monográfico “El petróleo y la energía en la economía. Los efectos económicos del encarecimiento del petróleo en la economía vasca” (PDF), no que aparecen como coautores o Departamento de Facenda e Administración Pública do Goberno Vasco, e o Ente Vasco da Enerxía (EVE), o análogo ao noso INEGA.

A boa noticia é que neste número aparece un recoñecemento explícito do cénit do petróleo ao que dedican máis de 50 páxinas da publicación. É o segundo goberno do Estado Español que inclúe un recoñecemento deste problema despois da Generalitat de Catalunya no seu Pla de l’energia 2006-2015. Malia estar aínda por ver como se plasman estes recoñecementos en actuacións concretas e decididas para facerlle fronte, é un primeiro e imprescindible paso para a actuación pública, que esperemos non tarde en dar tamén o Goberno Galego que saia das vindeiras eleccións. Porque non podemos perder os 4 vindeiros anos nesta carreira contrarreloxo por evitarmos o colapso.

Extractos da publicación

(pp.14-15) “Sin perder de vista este fenómeno especulativo reciente, una de las hipótesis que parece contar con cada vez más fundamentos y apoyo para explicar la actual situación, es la conocida como la del techo o cenit del petróleo (oil peack en inglés). Para los defensores de esta hipótesis nos estamos aproximando, si no lo estamos ya, a un techo en la capacidad de oferta mundial de petróleo para satisfacer una demanda de consumo que crece vertiginosamente. El problema es que tras la cima que se alcance en la producción global de petróleo, vendrá de manera irreversible la caída de la producción. Los adversarios de la teoría del «techo», aun sin descartar su verosimilitud, arguyen que las razones no se encuentran tanto en la «geología» sino en la «geografía». La oferta mundial de petróleo podría incrementarse notablemente si Exxon Mobil o Royal Dutch Shell tuvieran libre acceso a la explotación y la inversión en los yacimientos de Rusia, el Cáucaso, Irán o Venezuela.

En las épocas de crisis, la conciencia sobre el carácter limitado de los recursos naturales y el temor a su agotamiento suele extenderse en oleadas crecientes hasta alcanzar el último rincón de la Tierra. En todas las crisis energéticas, las de 1873, 1900, 1919, etcétera, pero sobre todo, en la de 1973 y las siguientes de los setenta y ochenta, el debate malthusiano sobre la inminente escasez de los recursos energéticos ha estado en el primer plano de las preocupaciones sociales, desatando una corriente mundial de pánico repetidas veces en la historia reciente. En 1865 el economista Jevons predijo que una escasez de carbón paralizaría el crecimiento económico antes de que trascurriera un siglo, porque no habría ninguna fuente de energía que lo sustituyera. Jevons no sabía cuántas reservas de carbón se descubrirían ni que el petróleo sería un buen sustituto. De hecho, los científicos, geólogos e ingenieros, suelen descubrir nuevos recursos naturales y energéticos cuando suben los precios. y el progreso tecnológico se ha apuntado bastantes éxitos en la búsqueda de recursos y productos sustitutivos, al menos, hasta ahora. En vista de la experiencia pasada es legítimo preguntarse si no estaremos asistiendo a la enésima edición del recurrente y acalorado debate.
En el pasado, las economías nacionales y la industria energética se han mostrado tan capaces de superar obstáculos para adaptarse a la escasez de recursos naturales, tan innovadores y rápidos en reaccionar, que no hay duda de que las propias empresas, el mundo empresarial en general, serán capaces de hacer frente a los problemas venideros…siempre y cuando reciban las advertencias y las señales (incentivos) apropiados desde los gobiernos.
Es evidente que cualquier yacimiento de hidrocarburos fósiles, por grande que sea, no tiene una capacidad de extracción infinita, y esta limitación de sus depósitos e ineluctable agotamiento afecta no sólo a grandes yacimientos sino a países productores en su conjunto. Por ejemplo, Estados Unidos producía en su momento culminante 9,6 Mb/d3. Hoy en día las cifras son inferiores a 3 millones.

También, claro está, se siguen descubriendo nuevos yacimientos y hay países que están aumentando su producción. El resultado de estas fuerzas contradictorias es que la producción mundial cae cuando la pérdida de producción de los países en declive supera a las ganancias de producción de los que están en expansión y lo que caracteriza a la situación actual es que la producción global parece que ha alcanzado una meseta y empieza a dar los primeros síntomas de declive”.

(p.20) “En el capítulo 4 se ofrecen los últimos datos y previsiones sobre factores claves en el devenir del panorama energético como son el techo de extracción del petróleo de los yacimientos y países productores más importantes del mundo y el volumen de las reservas probadas y declaradas. Se estudian igualmente las estimaciones más recientes de las tendencias de la demanda y la oferta de crudo, que sirven de fundamento para describir con más precisión la forma y duración del cenit de producción y las estimaciones de precios futuros que los expertos vaticinan.”

(pp.29-30)” Existen opiniones discordantes sobre la importancia de este petróleo no convencional como posible sustituyente o complementario al convencional, pero todavía no se ha demostrado que sea una alternativa realista.

Estados Unidos es el tercer país del mundo que más petróleo extrae (8% del total). Alcanzó su techo de extracciones en 1970 y a pesar de haber utilizado las tecnologías más avanzadas no ha sido capaz de evitar que su nivel de extracciones haya caído casi un 40% desde entonces.

La producción del mar del Norte sigue cayendo a un ritmo mayor del esperado. La de Noruega viene reduciéndose desde 2001 y la del Reino Unido desde el año 2000. A pesar de que se están incrementando las inversiones en la zona, en ambos casos el ritmo de decrecimiento es alarmante: en 2006 alcanzó el 7% en Noruega y el 9,6% en Reino Unido. Noruega ha pasado del tercer puesto al quinto en la clasificación de países exportadores, al ser superado por Irán (3,86 Mb/d) y por los EAU (2,56 Mb/d).

Asimismo, el bombeo del yacimiento Cantarell (el segundo del mundo: techo de 2,2 Mb/d), que proveía unos dos tercios del petróleo mejicano, está disminuyendo fuertemente.

Por el contrario, en los últimos años Canadá ha acelerado su ritmo de extracción de arenas bituminosas hasta alcanzar en el año 2006 un nivel de 1,2 Mb/d (un 38% sobre el total extraído), lo cual le permite mantener creciente su nivel de producción total.

En la situación global podemos ver cómo en los últimos 35 años la producción de petróleo ha crecido a un ritmo cercano al 1,5%. Sin embargo, en los últimos años se observa un cierto estancamiento, consecuencia directa de las tendencias apuntadas anteriormente, esto es, los grandes yacimientos que la han sostenido hasta ahora están envejeciendo y los nuevos son cada vez más incapaces de sustituirlos11. Además, la capacidad de extracción ociosa parece haber desaparecido casi por completo.

(pp.139-140)” Resulta desconcertante la incapacidad de muchos economistas y con amplia experiencia en compañías petrolíferas no ya para entender sino ni siquiera concebir la existencia de un techo o cenit en la producción de petróleo. Para ellos el errar en los postulados del techo petrolero radica en que se ignoran los principios básicos de la Teoría Económica; siempre se cumple que cuando se incrementa el precio de un producto, aumenta la oferta, cae la demanda o ambas cosas a la vez; de manera que las subidas de los precios del petróleo pueden hacer aflorar recursos que antes no existían en las cantidades requeridas. Pero la realidad es otra cosa, y a veces no se adapta a los postulados económicos. El agotamiento de cualquier recurso depende de dos factores: las reservas existentes y el ritmo de consumo. Pero la geología del petróleo añade un factor limitante adicional: el ritmo de extracción.

Habitualmente se suele decir que el petróleo se encuentra en bolsas, pero esta imagen popular dista mucho de expresar fielmente la realidad. Estas bolsas en la realidad no son tales. El petróleo se encuentra impregnando rocas, arenas, etc. Esto complica su extracción, especialmente al final de la vida del yacimiento. Al comenzar la extracción de petróleo éste suele ascender a la superficie empujado por la presión que ejercen el agua y el gas que se encuentran junto al petróleo. Se trata de un petróleo ligero y de gran calidad. Según va disminuyendo la presión del yacimiento, se hace necesario inyectar agua o gas para hacer que el petróleo restante, más denso que el primero, aflore a la superficie, hasta que llega un punto (normalmente cuando se ha extraído la mitad del recurso recuperable) en el que se hace imposible mantener el nivel de producción (independientemente del nivel de inversión y de la tecnología empleada) y ésta comienza a declinar. El techo sobreviene más o menos cuando se ha extraído la mitad de las reservas que había al principio. A la larga, se alcanza un punto en el que los costes marginales de obtener un barril son muy elevados y en este momento el pozo deja de ser rentable.

El momento del techo a escala de un país depende pues de diversas variables: el incremento de la demanda, el ritmo de agotamiento de los yacimientos existentes y los nuevos descubrimientos. Se utilizan dos métodos para estimar el momento del techo”.

A partir de aquí seguen máis de 50 páxinas onde se fai un tratamento do tema do cenit do petróleo falando do método de Hubbert e doutros modelos de referencia, do esgotamento xacimientos mundiais, de diferentes estimacións sobre o teito no futuro, das distintas estimacións do teito de produción e da súa forma: pico, meseta,dente de serra, dos casos do teito da produción no Mar do Norte e o Golfo de México, do teito do gas etc etc

(p-270-271)” Los síntomas de que nos acercamos, si no estamos ya, a un techo en la producción mundial de crudo parecen cada vez más claros: el 70% de la producción de petróleo proviene de campos con más de 30 años de antigüedad, es decir, que están ya en declive; la tasa de descubrimientos de yacimientos tanto en número global como en número de yacimientos importantes, así como la producción media anual por campo petrolífero están cayendo ininterrumpidamente desde los años sesenta; la capacidad excedentaria del mercado petrolífero es muy exigua y se concentra en zonas de gran inestabilidad política y social o con un coste marginal de extracción alto.

Si a ello añadimos el ascenso del llamado nacionalismo energético en Rusia y en los principales países petroleros y gasistas de América Latina que tiende objetivamente a reducir la capacidad de extracción (a través de la imposición de condiciones restrictivas por parte de los Estados y del endurecimiento unilateral de las condiciones de acceso), que el ritmo de inversión energética (buques petroleros, plataformas de extracción, capacidad de refino, etc.) está quedando a la zaga con respecto a la inversión necesaria…el cuadro general es sombrío.

Los escenarios que se barajan por distintos organismos internacionales sobre la capacidad de la oferta petrolífera para satisfacer la demanda en un futuro próximo se diseñan en función de tres variables: el aumento previsto de la demanda, los descubrimientos de yacimientos y los ritmos de extracción de la mayoría de los grandes yacimientos de petróleo existentes. Téngase en cuenta, por ejemplo, que en los últimos 30 años (hasta 2006) el promedio de los descubrimientos de petróleo es de 14.000 Mb/año, aunque en los años recientes las cifras son muy inferiores a dicha media. A partir de las hipótesis sobre el comportamiento de estas variables los expertos estiman que el bombeo de crudo alcanzará el máximo nivel técnico de extracción peak oil coincidiendo con un volumen de bombeo que puede rondar los 100 Mb/día, momento a partir del cual la extracción entraría en declive y la demanda superaría a la oferta.

Una de las señales de esta creciente incapacidad de la oferta para satisfacer la pujante demanda es la escalada mundial de los precios del petróleo de los últimos años, especialmente en el último año en que el precio del petróleo se ha más que duplicado. Pero la fuerte subida comenzó hace siete años. El precio del barril brent se ha multiplicado por 6 en el período que va de 2001 (24,4 dólares de media) a mediados de 2008. Por primera vez en la historia el precio del petróleo ha subido ininterrumpidamente a lo largo de ocho años consecutivos (2001-2008).

¿Es grave la situación? Basta conocer el destino final del contenido de un barril para comprender la gravedad potencial de la situación. De los 159 litros de crudo contenidos en un barril, alrededor de la mitad se utiliza como combustible en el transporte (terrestre, 81%; aéreo, 12%; y marítimo, 7%); un 35% como fuente de energía en los sectores industrial y residencial, y el 15% restante como materia prima en la petroquímica para la manufactura de fibras, plásticos, detergentes, medicamentos y un largo etcétera de más de tres mil productos de uso cotidiano, entre los que destacan los abonos y fertilizantes, básicos para la producción a gran escala de alimentos.”

Grazas a Xoán R. Doldán por achegarnos esta nova e a súa colaboración na selección de textos e avaliación da noticia.

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