Publicamos a continuación un texto de aclaración e desculpa que nos remite Pedro Prieto ao respecto dalgún comentario que fixera no artigo que publicara no noso blog acerca da chamada desobediencia solar:
Sobre mi crítica a la campaña de desobediencia solar, debo disculparme públicamente con los miembros de las cooperativas que enfrentan el problema surgido con las energías renovables por los últimos decretos y decisiones del gobierno y la actitud de las grandes empresas oligopólicas energéticas. Ello, por haber supuesto, por inferencia y sin otra confirmación, que dichos cooperativistas tenían afán o ánimo de lucro. No es así para los miembros de cooperativas que me lo han hecho saber. Mis sinceras disculpas para ellos.
Entiendo lucro como lo define el diccionario: ganancia o provecho que se saca de algo y prejuzgué erróneamente que estas cooperativas tenían esa intención. Además, que las personas traten de obtener ganancia o provecho de algo, ni es perverso, ni ilegal, siempre claro está que este provecho o ganancia tenga un límite razonable, que a medida que me hago más viejo juzgo más bajo.
Mi problema es que, a la hora de definir lo que tiene afán o ánimo de lucro, suelo discriminar entre las entidades que funcionan u operan realmente sin dicho ánimo o afán de lucro, algo que se evidencia por los ingresos nulos de las personas que trabajan en dichas entidades, de esas otras entidades que, por su estructura, necesitan un mínimo de organización que puede exigir tener alguien cobrando un salario o remuneración de algún tipo, por la dedicación que tiene en dicha organización. Esto no es en absoluto perverso, pero es perfectamente diferenciable de las primeras y no supe aclararlo en mi crítica.
Y así como las primeras, las más de las veces, terminan agotadas o desapareciendo, las segundas a veces terminan por convertirse algunas veces (no siempre, tampoco) en multinacionales de la ecología, de la caridad en África o en despachos de “liberados” (expresión muy al uso en ciertos sindicatos), con sistemas burocráticos, plantillas y superestructuras que terminan derivando una considerable parte de sus ingresos a subvenir sus necesidades internas, más que al propósito al que dicen servir.
Mis disculpas, de nuevo, si esto no es así, para los cooperativistas que se hayan podido sentir ofendidos y les deseo muy buena suerte en la lucha que libran contra los oligopolios energéticos, estos sí con desmedido afán de lucro, y las decisiones arbitrarias en materia energética de un gobierno desnortado, con las que me siento solidario.
Unha reflexión sobre “Aclaración de Pedro Prieto a raíz do seu artigo sobre a «desobediencia solar»”