Na reportaxe principal do seu número 71 recentemente publicado, o semanario dixital Canarias Ahora entrevistou a Pedro Prieto a raíz do Manifesto Derradeira Chamada, ademais de a Mª Eugenia Rodríguez Palop, outra das súas promotoras. O texto non pode ser máis claro. Reproducimos un fragmento do artigo asinado por Fernando del Rosal:
El cenit del petróleo y la inestabilidad del sistema
Otro acuerdo mínimo de los firmantes del Manifiesto radica en el hecho de que “el crecimiento va a empezar a no ser posible por más tiempo, por lo menos a nivel global, aunque puedan darse crecimientos particulares de un país, de una región, de una zona o de un colectivo. En general, cualquier crecimiento de un grupo sería siempre en detrimento del resto de la población porque, a nivel general, posiblemente la actividad económica tenga muy difícil recuperación, dado que la energía empieza a no ser cada vez mayor a cada año que pasa, como hasta ahora”, como aduce Prieto. A partir de ahora disminuye. Quienes respaldan el Manifiesto y no han querido resignarse ante la crisis de civilización, concluyen que “en realidad, no va a haber más actividad económica a partir de ahora, a nivel global, sino que va a haber menos”. Ello en un contexto energético en el que la disponibilidad de energía neta a nivel mundial, sobre todo la del petróleo, que mueve el 95% del transporte mundial, ronda su punto culmen: su cenit.
¿Qué ocurriría si la disponibilidad de energía para la sociedad disminuyese progresivamente? La palabra colapso aflora de nuevo ante esta pregunta con connotaciones petrolíferas. La Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y del Gas (ASPO, en sus siglas en inglés), presente en más de 40 países, o la Universidad del Petróleo, en Pekín, China, con cerca de 300 científicos, han analizado ya el problema del cenit del petróleo, el
momento más o menos prolongado en el tiempo de máxima producción de petróleo en el planeta. Su horizonte de producción. También se preocupan por el comienzo del declive en la producción y del consecuente aumento progresivo de la carestía del “oro negro” en base a las leyes de la oferta y la demanda.En ASPO han participado altos cargos, como el que fuera secretario de Energía del Gobierno estadounidense de Jimmy Carter y director de la CIA a comienzo de los años 70 del siglo pasado, James Schlesinger, o algunos parlamentarios suizos y ex ministros británicos y franceses.
Se trata, pues, de un problema abordado internacionalmente por otros colectivos que están
planteando este mismo problema de la imposibilidad del crecimiento. Recientemente, Prieto ha participado en una conferencia internacional en Barbastro (Huesca), donde académicos de varios países como Italia y Estados Unidos han planteado la tesis similar sobre el inminente colapso de la civilización dada su extrema insostenibilidad.Su economía, absurdo invento “Dentro de unas pocas generaciones, nuestros descendientes recordarán el mundo industrial de hoy con una mezcla de sobrecogimiento, curiosidad y horror. Su pasado es nuestro futuro, una era de transición con recursos energéticos menguantes, de guerras por los recursos y de colapso industrial. Si las sociedades de dentro de un siglo han aprendido cómo vivir de forma pacífica, modesta y sostenida, tal vez sea porque el aviso contenido en este oportuno libro haya sido finalmente tomado en cuenta”. Esto es lo que el también escritor y ensayista Thom Hartamnn, escribía sobre la obra de Richard Heinberg, The Party is Over: Oil, War and the Fate of industrial Societies, que analiza las circunstancias del “pastel” energético vistas de un modo global y las consecuencias económico-financieras, sociales y medioambientales del futuro colapso del sistema energético (carbón, petróleo y gas) desde una perspectiva mundial. El mundo no da más de sí. En los últimos 150 años, desde que existe la sociedad impulsada por la energía fósil, empezando por el carbón, siguiendo por el petróleo y continuando por el gas natural, los crecimientos del Producto Interior Bruto (PIB) y de la producción de bienes y servicios han ido siempre acompañados por el incremento del consumo de energía, y de un incremento proporcional de la población, que ha seguido multiplicándose cuando ha habido recursos base para que lo hiciera. El condicionamiento energético es el talón de Aquiles del desarrollismo económico establecido, herido de muerte cuando se cae el parámetro de la disponibilidad energética ante la escasez de recursos.
Y es que, explica Prieto, a esta crisis subyace un engaño electoralista disfrazado de economía que dura, al menos, siete u ocho años, “una crisis generalizada donde crecen uno o dos países, pero que el resto están en un problema gravísimo de falta de crecimiento”. La crisis empeora a fuerza de empeñarse en crecer, cuando la naturaleza le vuelve la espalda a la economía, miope y soberbia. “Aunque ahora el sistema económico no lo esté planteando así,
el sistema biofísico, el que realmente gobierna el planeta, muchísimo más que cualquier ley económica, nos está diciendo que esto se está acabando, que la fiesta se acabó como se decía en el libro The Party is Over”.